Creando diosas
Desde el momento en que alguien se sienta en el sillón de
maquillaje, lo primero que hago es preparar la piel, limpiarla e hidratarla. El
siguiente paso es analizar su rostro a través del espejo. Observo sus facciones,
su óvalo de cara, su cutis, sus ojos etc.
Una vez estudiado, me dispondré a sacar el mayor partido posible a sus
rasgos, intentando siempre crear un rostro con volúmenes y una piel luminosa. La
forma del rostro nos ayudará a saber qué correcciones debemos hacer para darle
una mayor armonÃa. Saber qué aspectos nos interesa destacar y cuáles disimular.
También doy una especial importancia a las cejas, que a menudo suelen ser las
grandes olvidadas a la hora de maquillar y sin embargo son las que marcan la
expresión de la cara. El maquillaje nunca debe ser estandarizado sino que debe
adaptarse a las caracterÃsticas de cada persona.
El maquillador suele ser siempre un aliado muy importante de
los personajes que van a pasar por nuestras manos. Es importante que haya una
buena conexión y hacer que confÃen en ti. El sentirse bellos hace que también
les dé más seguridad ante las cámaras. El paso por la sala de maquillaje es una
parte muy importante para ellos. A veces también es el lugar en el que se
relajan del estrés, los nervios y la responsabilidad que conlleva su trabajo. Por
eso la actitud del maquillador es muy importante. Pero ese es otro tema que ya
abordaré más adelante.